El blog de FOL de José Manuel Roca.- (EFE).- El coste de la siniestralidad laboral en la Comunidad foral representa aproximadamente el 1,32 por ciento del PIB, según un estudio de CCOO que concluye que los accidentes de trabajo en Navarra en el periodo 1999-2007 han experimentado "una clara tendencia a la baja".El estudio, que tiene como objetivo ahondar en el conocimiento de las causas de los accidentes para erradicar la siniestralidad, ha sido presentado hoy en rueda de prensa por el secretario general de CCOO de Navarra, José María Molinero, y la secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente, Carmen Sesma.
En él se refleja un descenso de los accidentes de trabajo en un periodo en el que la población ocupada en la Comunidad foral aumentó considerablemente.
Esto, según el estudio, se ha debido no sólo a la puesta en práctica de medidas preventivas en las empresas y de protección frente a los riesgos laborales en los centros de trabajo y sectores más castigados, sino al aumento de la población ocupada en el sector servicios que registra, junto con la agricultura, la tasa de incidencia más baja.
Molinero ha recordado que en 1999 Navarra registraba índices de siniestralidad mayores que en el Estado, una tendencia que se invirtió en 2004 y que se mantiene desde entonces. Se ha pasado de 81,24 accidentes por mil trabajadores (1999) a 56,69 por mil (2007).
En cuanto a la gravedad de los accidentes registrados en la jornada, el índice de incidencia en accidentes mortales es el que más ha decrecido (un 68,90 por ciento), un dato que, según Molinero, no consideran demasiado significativo porque los porcentajes varían mucho según los años. En 2007 hubo siete accidentes mortales, el número más bajo de todo el periodo.
En los accidentes graves su incidencia se ha reducido un 47,41 por ciento y en los leves un 29,94 por ciento, mientras que en los accidentes "in itinere" la reducción ha sido "notablemente inferior", en torno al 4 por ciento.
Ante esto Molinero ha incidido en la necesidad de implantar políticas preventivas de movilidad en las empresas con la colaboración de Administraciones y sindicatos en pro de la seguridad y salud de los trabajadores.
Respecto a la duración media de la incapacidad por accidente, se recoge que en Navarra es menor que en el Estado y se cita como ejemplo el 2006, un año en el que la duración media en la Comunidad foral era de 21,2 días y en el Estado de 22,4 y en accidentes "in itinere" era de 29,04 y de 33 días respectivamente.
Con los datos recabados en el estudio se determina que el perfil del trabajador con mayor posibilidad de sufrir un accidente responde al de un hombre de menos de 24 años, originario de un país no perteneciente a la UE; que trabaja, con un contrato temporal y con menos de un año de antigüedad, en la construcción o en las actividades de la metalurgia y fabricación de productos metálicos en empresas con una plantilla de entre 10 y 50 trabajadores.
Frente a eso el trabajador con menor probabilidad de sufrir un accidente es una mujer española de más de 55 años que trabaja en la Educación con contrato indefinido en una empresa con una plantilla de más de 250 trabajadores con una antigüedad superior a un año.
Tras precisar que el verdadero coste de la siniestralidad laboral lo representa el drama humano y social que supone, Molinero ha apuntado que además hay un coste real y relativamente cuantificable.
Para hacer un cálculo del mismo CCOO ha tenido en cuenta el coste de las jornadas no trabajadas (21,3 millones de euros en el 2006), el coste por cobertura de contingencias profesionales (135 millones), el importe de las sanciones propuestas por la Inspección de Trabajo (1,5 millones) y el gasto del Sistema Público de Salud de procesos de origen laboral no reconocidos como tales (45 millones).
Eso suma un total de 203,5 millones de euros y representa el 1,32 por ciento del PIB regional, según Molinero, que ha añadido que la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo estima que los costes en la UE se sitúan entre el 2,6 y el 3,8 por ciento del PIB de los estados miembros y la OIT lo sitúa en el 4 por ciento del PIB mundial.
Del estudio, según los sindicales, se concluye la necesidad de seguir trabajando en el cumplimiento de la Ley de Prevención Laboral por parte de las empresas y plantea la exigencia de atender de manera prioritaria a colectivos de jóvenes e inmigrantes, así como prestar especial atención a las pymes y micropymes.
